Dra. Fernanda Ceriani
Laboratorio de Genética del Comportamiento. Instituto Leloir.
IIB-BA CONICET. Buenos Aires, Argentina.
Los ritmos circadianos coordinan diversos aspectos de la fisiología y el comportamiento de los organismos a través de un reloj molecular que opera en grupos discretos de neuronas. En Drosophila, unas 150 neuronas del cerebro central están implicadas en la regulación circadiana de los ciclos de actividad y reposo (uno de los procesos más conspicuos entre los que se repiten a diario); las esenciales se conocen como neuronas ventrales laterales pequeñas (sLNvs por sus siglas en inglés). De hecho, la preservación de las oscilaciones moleculares dentro de este grupo es clave para definir los patrones de comportamiento rítmico en ausencia de señales ambientales.
Las sLNvs transmiten información de la hora del día liberando un neuropéptido conocido como factor de dispersión de pigmentos (PDF), así como neurotransmisores clásicos cuyo papel no había sido develado sino hasta muy recientemente.
Además de la liberación de moléculas de señalización, las terminales axonales de las sLNvs son remodeladas diariamente, y tal plasticidad en el número de sinapsis podría proporcionar un medio alternativo para codificar que hora del día es. Hace algunos años llevamos a cabo un screen genético para mapear la conectividad de las neuronas sLNv usando GRASP (reconstitución de GFP a través de compañeros sinápticos). Sorprendentemente, el análisis GRASP reveló que los terminales sLNv entran en contacto con diferentes células. Este hallazgo abre la posibilidad de que la remodelación estructural circadiana proporcione un mecanismo mediante el cual una neurona puede ejercer control secuencial de diferentes circuitos a lo largo del día.